¿Siempre gozosos?

La Biblia, en Filipenses 4:4 dice: “Regocijaos en el Señor siempre, otra vez digo, regocijaos”, es decir, no sólo nos insta a “alegrarnos en la comunión con Dios”, sino que lo destaca. Y en más de una oportunidad me puse a pensar qué significa realmente ese mandato. Tener regocijo significa estar alegres. Entonces me di cuenta de que quizá el secreto que como cristianos hemos olvidado o no le hemos prestado la adecuada atención es que el Señor nos llama a estar gozosos siempre. 

Pero sucede que en la cotidianidad, en el diario vivir no podemos hacerlo! ¡Es imposible estar constantemente alegres a pesar de cualquier circunstancia! Por supuesto que los cristianos, al igual que cualquier otro ser humano, estamos expuestos al quebranto, a la necesidad, a la enfermedad, al dolor, al abandono, a la depresión, a la falta de trabajo, al hambre, a la injusticia…

Muchos piensan que creer en Dios e ir a la iglesia regularmente los vuelve inmunes a los problemas o son una especie de seres inmortales que nada los puede tocar, y cuando vienen los problemas se frustran y sienten que algo malo pasa con ellos. Pero debes tener claro que ¡Dios nunca nos prometió eso en la Biblia! Lo que sí sabemos, al igual que el salmista (Salmos 23:4), es que cuando pasemos por valles de sombra o de muerte, Él estará con nosotros… Y esa es una hermosa promesa.

La Biblia es como un muestrario de todas aquellas travesías y momentos complicados, a veces hasta crueles, que sufrieron los profetas y discípulos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Un ejemplo clarísimo es Pablo. Él estuvo varias veces en prisión y de manera injusta. Y mientras estaba en cautiverio se dedicó a escribir varias cartas que ahora forman parte del Nuevo Testamento. Entre estas: Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón. Lo más normal para alguien que está privado de su libertad es que a través de esas cartas saque toda su rabia, rencor y sentimientos de impotencia o hasta de depresión por lo que le toca vivir. “Oh, pobre de mí y la miseria que estoy pasando”… Sin embargo, Pablo tuvo una actitud completamente opuesta, la cual quedó plasmada en la carta dirigida a la iglesia de Éfeso: “Toda alabanza sea para Dios… quien nos ha bendecido con tanta clase de bendiciones espirituales”, Efesios 1:3, NTV. 

Pablo podría haberse sentido la persona más desdichada de la tierra; en cambio, le dijo a los Colosenses: “En Él tenemos plenitud de vida”, (Colosenses 2:10). Y no sólo eso, sino que durante todo su tiempo en prisión siguió predicando el evangelio, ganando decenas de almas para Cristo, incluyendo la de su propio carcelero y de otros prisioneros.

Mostrar una actitud como la suya, en momentos de crisis o adversidad, ¡es el mejor testimonio que podemos dar de nuestra fe!

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Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

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