Seguramente si me sigues en las redes sociales habrás leído muchas veces cuando recalco lo importante que es moverse para lograr ese equilibrio de tu cuerpo, de tu templo completo. Y es que no hay nada que logre más milagros que la actividad física constante.
Me da tristeza decirlo, pero la mayor parte de quienes se quejan de sus males y problemas físicos tienen sobrepeso por la mala alimentación y, paralelamente, por una vida sedentaria. Si le dedicáramos media hora al día a activarnos, a caminar, a nadar o montar bicicleta, por ejemplo, pero haciéndolo con energía, podríamos no sólo disminuir las probabilidades de desarrollar problemas cardíacos, sino también mejoraríamos notablemente nuestra salud, ánimo y hasta nuestra manera de enfrentar la vida.
Cuando nos ejercitamos perdemos peso, y ya sabes que el sobrepeso es un factor de riesgo para el corazón. Pero también nos ayuda a controlar la presión arterial y el colesterol malo, además de incrementar las grasas buenas, así como a disminuir el estrés.
Puedes desarrollar cualquier actividad física. La natación, por ejemplo, es una excelente opción, pues no tiene contraindicaciones, ni límite de edad. No deteriora las articulaciones y, en cambio, aumenta la masa muscular y la capacidad de nuestros pulmones. Los expertos dicen que con dos horas y media de natación por semana disminuye considerablemente nuestro riesgo de desarrollar problemas cardiacos.
Pero la actividad física más recomendada por los médicos, especialmente para quienes ya muestran algunos problemas motores producto del sobrepeso, es caminar. Es muy difícil que te lesiones caminando, no hay que tener una edad determinada para hacerlo, ni tampoco necesitas de un gimnasio. Incluso, si caminas por tu barrio, en un parque, a la orilla de un lago, por la playa o en un sendero de montaña, el contacto con la naturaleza y con otras personas que se cruzan en tu camino será un aporte emocional maravilloso para tu estado anímico. Basta voluntad y ganas de comenzar a practicarlo. Con media hora que lo realices, tres veces a la semana para comenzar, verás una gran diferencia.
¡El ejercicio es vida para nuestro corazón! No lo olvides.