Nuestro cuerpo fue diseñado por Dios para curarse y repararse a sí mismo. Si tienes alguna duda, mira qué sucede cuando te cortas o te haces un raspón en la rodilla. Tu cuerpo hace que la sangre se coagule para detener la hemorragia y luego produce una costra para proteger la herida de microbios. Una vez que se forma la costra el sistema inmunitario entra en acción enviando a los glóbulos blancos a combatir cualquier infección. Este proceso ocurre por sí solo, así funciona este maravilloso cuerpo que Dios nos ha dado.
Se ha descubierto que cuando un virus entra en nuestro cuerpo, la capacidad de resistir ese virus depende de la nutrición que estemos llevando. Cuando nuestra alimentación es deficiente, nuestro sistema inmunitario estará bajo y nuestro cuerpo no tendrá la capacidad de bloquear la replicación viral y entonces se producirá la enfermedad.
En los primeros 10 años de vida, es cuando ocurre la mayor parte del daño en el ADN del niño, preparando el camino para futuras enfermedades en la vida. Por ejemplo, las dietas infantiles son la principal causa de cáncer en adultos; el uso excesivo de antibióticos en nuestra infancia aumenta la instancia de enfermedades infecciosas en adultos. No obstante, si lo que más recuerdas de tu niñez es a tus padres dándote antibióticos, no desesperes, ya que ahora puedes darle a tu cuerpo el combustible adecuado para que se repare. Cuando comemos vegetales y comida real, somos capaces de arreglar y reparar el ADN de nuestro organismo.
Prácticamente todas las enfermedades crónicas se vinculan con la inflamación:
- La obesidad
- La diabetes tipo 2
- Enfermedades del corazón
- Cáncer
- Alzheimer
- Asma
- Alergias
Todas estas son enfermedades con condiciones inflamatorias y suceden por décadas de daño inflamatorio.
La inflamación es la liberación de químicos en las células del sistema inmune u otras células. Estos químicos irritan y a través de la irritación es que matan al invasor. Esta respuesta inflamatoria es un mecanismo de defensa normal que se desactiva una vez acabado el peligro. El problema surge cuando esto permanece encendido, provocando una inflamación crónica. Entonces es cuando comienzas a sentir dolor muscular o fibromialgia, artritis y dolor en las articulaciones. Cuando esto sucede la persona también siente agotamiento mental, fatiga, a veces gases y se sienten hinchados. Son síntomas del sistema inflamatorio.
Ahora bien, cuando uno toma un medicamento por alguna condición, está tratando el síntoma y no la causa del síntoma. Por ejemplo: te duele la cabeza y decides tomar algo para el dolor, pero en realidad no estás tratando lo que originó ese dolor. Tu cuerpo te está hablando y tú no estás escuchando; sólo tratas de acallar los síntomas.
La buena noticia es que los alimentos que consumimos pueden activar o desactivar el proceso de inflamación en el cuerpo, a través de respuestas hormonales. Por eso es tan importante llevar una alimentación saludable, no sólo para bajar de peso, eso viene como consecuencia, sino más bien para mantener tu energía y tu salud en óptimas condiciones, sabiendo que estás haciendo tu parte para cuidar el templo que Dios te dio.
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Liliana Gebel – Entrenadora en Salud y Nutrición de IIN